miércoles, 30 de junio de 2010

no hay salida

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Aquella casa tenía siete puertas.
Todas eran de entrada.
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martes, 29 de junio de 2010

rutinas

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Sale de madrugada como furtivo. A oscuras. No sabe a ciencia cierta adónde va, pero lo tiene claro. Algo hay que hacer. No enciende la luz. Corre el pestillo a tientas. Baja las escaleras de puntillas. Como furtivo en caza.

Mira, papa, no tienes razón, le había dicho mientras se calentaba la leche en el micro. La tengo. No, no la tienes, nunca la has tenido. Calla de una puta vez, soplagaitas de mierda, yo siempre tengo razón. Y qué. Qué importa tener o no tener razón, había pensado. Lo que importa es que no tengo un puto duro y a ver qué hago con este gilipollas.

No era fácil la convivencia. No era fácil nada. Salir de casa ya le costaba un huevo, afeitarse, buscar el coche, hacer la ruta, recoger al colega, tomarse uno vinos, comer, hacer la ruta, rendir cuentas, recoger al colega, tomar unas copas, preparar cualquier mierda para el chaval, sacar la basura, aguantar la peli del chaval, morirse de sueño, no dormirse de golpe, despertarse con mal sabor de boca, oír otra vez eso de que no tiene razón, afeitarse, buscar el coche, hacer la ruta. Joder, y peor cuando tenía que ir al inem, esos gilipollas, a ver, ni que lo haga por gusto.

Va directo al taller. Recoge el coche. Conduce a ciegas, se salta los semáforos, frena en seco, ya qué le importa el ruido. Sube aprisa. Ahora sí va de caza con todas las de la ley. Dispara. Vuelve a disparar. Es mía, por lo menos lo fue, dice a voz en grito antes de volarse la tapa de los sesos.

Suena el teléfono. El chaval lo levanta con desgana. Joder,  papa, qué pesao.

lunes, 28 de junio de 2010

acontecimiento

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Desde hace año y medio, este es el primer día sin entrada en el blog. Encontré la salida.
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domingo, 27 de junio de 2010

catorce versos dicen que es soneto

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Un soneto me manda hacer Violante...
Lope de Vega

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En una tarde de verano escribo
la historia de mi amor en un soneto,
aunque sólo en pensarlo va un cuarteto
y ya tengo el siguiente en el estribo.

Si el recuerdo es presente en el que vivo,
mi presente no cabe en un soneto,
pues un solo poema es algo escueto
para albergar en sí lo que concibo.

Verso por año, ya el empeño cobra
perfiles imposibles, aunque espero
hallar buen colofón a esta zozobra…

… Aunque no sé por qué soy tan versero
si con un solo verso basta y sobra:
menos de un verso en fin: decir te quiero.

sábado, 26 de junio de 2010

aquella tarde, viento

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aquella tarde

Aquella tarde tu garganta
dio en florecer espinas,
mas él nada sabía.
Dijo: será el ácido invierno.
Dijo: el cuchillo está presto.
Pero un rumor burlón de madreselvas
interrumpió el horario.

Recordarás aquella tarde
tan sólo con mirar las manos,
las manos que rozaron tu piel
aquella tarde.


viento

Todo salió de mí. Para salvarte
deshilaché mis venas. Desde entonces
liviano soy: la levedad del muerto
bajo tierra, mas tuyo.

viernes, 25 de junio de 2010

campeones

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Contigo y conmigo
tú y yo somos cuatro.

Tres son multitud
salvo que haya empate.
Me queda el consuelo 
del gol average.

¿Sabes qué te digo?
Nada.
No te digo nada
que debas saber.

jueves, 24 de junio de 2010

nit

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Tankas dedicados a Soco.
Sin los suyos no hubieran sido escritos.


Noche de fuego
en tu cuerpo y el mío
de pronto jóvenes.
Crepitan las hogueras.
Crecen altas las llamas.

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La espuma baila
sobre el acantilado
de mi tristeza.
En la roca más dura.
En la más blanca noche.

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Surca mi cuerpo
tus aguas plateadas
bajo la luna.
Duerme tranquila, sueña
esta nit de San Joan.

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Escribe versos
con alas de ternura
para que vuelen.
Son cirros, son cometas.
olas rotas en tango.

miércoles, 23 de junio de 2010

parábola

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Joven rebelde pasa junto a samaritana
Punto
Lava sangre y disfraza con plumas de avefría
milenios de ternura que se torna amarilla
bajo la sombra gris de la mañana en punto
Stop

Samaritana abraza su mañana perdida
Parte y punto
En la visión fugaz del joven harapiento
sospecha que de lágrimas está formado el mar
y se imagina campo sembrado de rosales
más aterciopelados que el sol que más enfría.
Lago salado.

Joven rebelde acepta la prueba del desierto:
“Toma, samaritana, en tus manos doncellas
la luz de mi mirada, la sorpresa que guardo
para comer mañana, el recuerdo que tengo para sentirme ayer”
Rojo mar. Mares muertos.
Samaritana esconde sus manos saturadas
atesorando el trigo en sacos de agujeros
Punto

Es negro su ropaje y pálida su tez.
“Tengo sed”: joven rebelde esquiva
el sol que araña sus desnudas carnes.
“Sacia tu sed”: samaritana inventa el espejismo
de una fuente continua en sus pupilas.
El viejo balancea sus labios oxidados, suspendido
en la cuerda de nudos de una estrella
que no quiere esconderse.
No peina el viejo canas porque el sombrero aprieta.
El viejo es un rebelde y punto
suspensivo. Plural.

Algo ha pasado: la mañana se esconde en una acequia.
Un escondrijo poco meditado porque casi se ahoga,
a pesar de estar llena la mañana de lunas, y de lanas y lonas.
Junto a samaritana pasó joven rebelde
y desnudo quedó, y ella dejó el recodo del camino
a merced de otros vientos.
Joven rebelde viejo, samaritana negra luminosa,
limosna compartida como el pan que se roba,
era negro el ropaje y era blanca la tez,
y la piel más oscura y más claro el ropaje
y alborozado el cielo de los ojos, y peregrino el día.

Y la parábola dio la vuelta al sol.



martes, 22 de junio de 2010

(lo que queda). Ana Pérez Cañamares



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El hombre avanza por el pasillo
se sienta entre la ventanilla y yo
mira un momento hacia fuera
y luego baja la persiana.

Es de esa gente que se conoce
las nubes de memoria.
 
 
(En el avión)

lunes, 21 de junio de 2010

(lo que queda). Marisa Peña

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Quiero llorar mi pena y te lo digo
Lorca





Hoy lloro por la leche derramada,
por todo lo perdido,
aunque de nada sirva.
Los amigos queridos,
los principios del todo irrenunciables,
las paredes vacías
donde un día habitaron
mis siempre "imprescindibles"
( Silvio, el Che, Chaplin, Aute,
Machado, Lorca, Hernández...),
las canciones, las fotos,
los libros, los cuadernos,
las cartas, las palabras.
Un poema de Neruda
y un espejo de sombras
donde llorar el mundo.
Y lloro porque sí,
porque quiero llorar esta pena de nube
pasajera tal vez, inevitable...
Y si no me contengo
es porque no deseo contenerme:
quiero inundar el hueco que han dejado
aquellos que no están,
aquellos que dejaron
de pronunciar mi nombre,
los que dejé marchar
y los que decidieron no quedarse,
sin razones, sin quejas, sin preguntas...
No me importa dejar mi corazón
en alta mar,
rebosar de dolor
sin pudor ni vergüenza.
He aquí mi osadía:
la única que puedo permitirme
en estos tiempos que ahora nos acosan.

domingo, 20 de junio de 2010

(lo que queda). Leonardo Torres



Un día sabes que has llegado
porque conocías el nombre de las cosas
y la sombra inerte de tus padres
se confunde, en adelante, con la tuya.
¿Cuáles fueron tus hazañas, tus conquistas?
Nada sabes de ti
pero aun cuando los muebles han perdido
su color se horman en un instante a tus fatigas
y en cada punto cardinal hay algo como un viso de ti mismo,
la reliquia que fuiste tanto tiempo mientras fuiste ausencia,
atento a tu mirada.
No tienes por qué llamar a nadie, dar voces,
sólo es sentarte en la cocina y escuchar el canto
cotidiano de las ollas sobre el fuego,
la leche derramándose,
sentir el olor del maíz crepitando en la parrilla como si quisiera
pronunciar un nombre que algún día supo decir y ahora,
con la paciencia del calor, repite sus sílabas de repente familiares.
Y quisieras contar cómo es el mundo allá donde logran disiparse los caminos,
las orillas de esos ríos por donde subía antaño nuestro oro,
los palacios,
o jactarte de los labios que dejaron en los tuyos el sabor salino de las piedras viejas…
pero tu memoria ya lacró los cromos y las vistas,

no queda sino el rostro de otros hombres entre los cuales te perdiste,
viandantes sin penates y sin lengua,
y cómo contar el llanto si no es llorando, porque es de veras lo que quieres, llorarlo todo
de una vez,

vaciarte del viajero

para dejar que ocupe su lugar, por fin,

el hombre que había en ti cuando eras niño.
Poco importa entonces que hayan cambiado tu ciudad, que sea otra,

que en los patios rotos de las casas nacieran edificios de oficinas

Poco importa que se halle a miles de distancias.

Lo que no sabías al partir el regreso te lo enseña
cuando dejas que los otros, también sobrevivientes,

también desconocidos,

a pesar de mares y Mistrales, mientras van quitándote los antifaces, deshaciéndote nudos, desnudándote,

abriéndote las puertas de sus ojos

para que veas en ellos, porque sólo en ellos se refleja, la llegada a ti mismo que esperabas.

sábado, 19 de junio de 2010

(lo que queda). Batania

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http://batania.blogspot.com/
Victor Hugo era un loco que se creía Victor Hugo
JEAN COCTEAU



Cada vez que mi verso
se pone en los tacos de salida
siento una muchedumbre
de voces en la cabeza, siento a mis
bisabuelos y abuelos
muertos y analfabetos
mirando por encima de los hombros,
siento a mi padre, que aprendió a golpes
la lengua castellana, siento a más
de cien generaciones campesinas
que me examinan,
que me observan
con la mirada dura de tanta hambre,
de tantos siglos mudos
que debieron pasar para que alguno
de sus hijos tomara la palabra,
la palabra desnuda,
la palabra increíble, la palabra.

Por eso pido excusas
a todos los poetas,
pero no quiero escribir
como se hace ahora,
como si la palabra no sirviera.

No quiero escribir entre líneas
sino escribir las líneas solamente.

No quiero perseguir a la belleza
sino hallar palabras
que se dejen poner detonador.

.No quiero sugerir
sino morder con rabia,
con la rabia insaciada del que sufre
lo tarde que llegó su primera vez.

Decir por qué murió la libertad.
Por qué nos cancelaron la justicia.
Escribir
como si el poema
fuera aún importante,
y portarme yo mismo como un loco
que se cree Batania.


(Un loco que se cree Batania)





viernes, 18 de junio de 2010

Glup!

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Me tomo un descanso.


Necesito apartarme unos días para ver si avanzo en mi próximo poemario. Lejos del mundanal ruido.


Mientras tanro, iré dejando por aquí algunos de esos poemas que me van gustando y que agrupo bajo la etiqueta de "lo que queda"


Glup! Carpe diem.

jueves, 17 de junio de 2010

callada venganza

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Los banqueros que me arruinaron se han arruinado.

Mis novias se han quedado viudas o solteras.

Mi editor de textos ya no me corrige fallas de ortografía.

Mi editorial no edita más que papel higiénico.

Mis sombras son chinescas.

Mis manteles bordados se quedaron a un paso de las mesas.

Mis ricos son mis pobres.

Todos mis muertos han resucitado de golpe.

Día a día, casi paso a paso, me paso, me río, me acaso,
me estrío, me rompo, me compro, me vendo, me entiendo,

me voy desvistiendo, me cargo las noches y las madrugadas, las unas romanas, las otras tudescas, zuñi zuñiguesco, zascandil cincado, tan zarrapastroso que no hay dios que aguante tantos sinsabores

sudores
quereres
furores. Y soy

feliz al extremo con tanto alboroto.
Mientras tanto trago dos o tres morcillas.



miércoles, 16 de junio de 2010

Se presenta "Papel fotográfico", de Nares Montero

¡MAÑANA!




PRÓLOGO INSENSATO (fragmentos)

El libro que ahora abres, lector, lectora, es engañoso. Porque, para empezar, no está escrito para leer al revés, por mucho que su autora, siempre juguetona, nos proponga una especie de camino regresivo hacia el útero primigenio. Y tampoco debe verse al trasluz este papel fotográfico —como se hacía con las viejas tiras en el laboratorio—. Nares Montero, haciendo gala de la excelente fotógrafa que es, ha trabajado a fondo en el cuarto oscuro. Sin duda ha utilizado en el proceso de emulsión un medio de dispersión plenamente transparente a la luz, como mandan los cánones; y, también, una alta concentración de bromuro (sí, bromuro) con sus toques de yoduro de plata. El resultado está a la vista: de los flashes, de la espontánea polaroid, han surgido como por ensalmo estos poemas-cristales poliédricos, un torrente de prismas y agujas que nos va enganchando, ahogando finalmente de forma imperceptible. Y en esta imperceptibilidad reside uno de los grandes logros del poemario.

La torrentera de palabras ha sido sometida a un riguroso cálculo de estructuras hasta articular el aparente caos en torno a un equilibrio férreo, con sus cinco partes con doce poemas cada una, ni uno más ni uno menos. Pero esa disciplina no resta ni un ápice de fluidez al discurso poético; antes bien, no sé si por superstición o porque sí —que Nares es muy de porque sí— cada escalón (esas pérdidas de inocencia en orden decreciente) va precedido de un breve poema que sería el número trece de las sucesivas series, pero no es más, ni menos, que la clave de lo que se cuenta, el arbotante de la bóveda. Y todo cobra sentido, coherencia, plenitud de una autora madura, lejanos ya los escarceos de sus primeros versos. Otro gran acierto del libro que vais a leer.

Del nacer a la muerte, de la metafísica a la metapoesía, de lo carnal a lo platónico, del enfoque al desenfoque, de la mirada social, siempre sensible, al cauce de las venas abiertas en canal, de la mordacidad a la duda, avanza el poemario hasta llegar a dos octosílabos en que se planta altivo: Está el tacto de visita / por el pelo de tus brazos. ¡Cuánta poesía en dos versos!

A Nares Montero no hace falta que la den a luz: se pare sola. Y desnuda nace a la poesía en feliz partenogénesis: Me estoy engendrando, dice en el frontispicio de este poemario sorprendente, que cerrará (¿o es un recomenzar?) con estos versos: ...una mujer / desnuda en la terraza / que no ha de ser / sino poeta. Sí, poesía. Pero también baretos, charlas mojitos, risas, llanto: vida en fin. Y ante esta vida, ante esta Nares que es pálpito y verdad, yo no puedo acabar mis palabras introductorias más que con un grito que me sale del alma: ¡Viva la madre que te parió!

José Luis Zúñiga


martes, 15 de junio de 2010

Un pareado y dos aleluyas

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Un perfil. Tan sólo un crudo 
perfil sobre el cielo puro.
Vicente Aleixandre


un pareado

Cuando te paguen amor con desplante
retira el guante.

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dos aleluyas

1
Por mucho que metas bulla
no te saldrás con la tuya.

2
Malandrín, tenlo presente:
no te va a quedar ni un diente.

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pareados

Veo que con este pareado
a tus amigos has motivado

María José B. (Airama)

Se trata de divertirse, Airama,
y supongo que hay ganas.

(yo)

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¿Su corazón? _Viejo reloj de cuco
que canta mal, lapso con truco.

Adolfo González

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Traza aquel viento ajeno tu sonrisa
el arco iris en mi, tú, mi desdicha.

Montxu

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En mi voz hay un viento de grosellas
y en tus ojos la luz de las estrellas.

Se anticipa al contacto temblorosa
mi boca infinita y orgullosa.

Paloma Corrales

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En el agua de la fuente clara,
se miran el olivo y la jara.

Rafael Arenas

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Que carezco de habilidad para esto
es un hecho manifiesto.

Delgaducho

Hecho está, delgaducho,
y eso es mucho.

(yo)

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Si en libros, prosas y versos, hay maestros…
tú sí eres diestro.

María Sanguesa

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Te cruzaste conmigo.
Te fulminó un relámpago enemigo.

Paparruca

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Si aquí comento,
es que tengo tiempo.

Si me lees al revés
es que esta es mi primera vez.

Shiraz

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aleluyas

Dentro de nada, ya calvo.
Aunque con suerte me salvo.

Si me quedo, peluquín.
¿Que no me gusta?: bombín.

José Antonio Fernández

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No seas iluso.
no le des mal uso.

Jorge Núñez

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Si tu aroma es de canela
seré yo tu centinela

y así guardaré tu noche
sin hacer ningún reproche.

Paloma Corrales

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Para mí ha sido estupendo
porque aprendí sonriendo.

Adelfa Martín

Siempre será una alegría
que, al aprender, alguien ría.

(yo)

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Tu boca en la mía,
triste pena fría.

Rojo el amanecer,
hoy veo a mi querer.

Rafael Arenas

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Las nubes se abren en llanto,
caminante, ante tu canto.

María Sanguesa

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Si se trata de jugar
lo bueno es participar.

Amparo Bletisa

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Otra vez lluvia en París
a Madrid voy en un tris

Largos pies

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La sombra de una higuera
da luz, quién lo dijera.

Paparruca

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Subido al membrillo
canta un pajarillo.

En la charca, ufana,
croaba una rana.

Y bajo el ciprés
soñaba el ciempiés.

María Socorro Luis

---

Jose, me han gustado
estos pareados.

MarianGardi

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Arriba canas
abajo ganas

Zen




(Pareado: estrofa de dos versos, de arte mayor o menor, que riman entre sí, con rima consonante normalmente (AA, aa). Ambos versos no tienen por qué tener el mismo número de sílabas. Se han utilizado a lo largo de toda la historia de la literatura española; especialmente en refranes y sentencias. Al pareado compuesto por dos versos de arte menor se le denomina aleluya).

Si alguien se anima, procure evitar ripios, jeje.

lunes, 14 de junio de 2010

Dios y yo

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Lo he buscado,
lo he buscado en la tórridas
                           torres
en las laderas
                           del Sinaí
en los achaques
                           calimochos
en las maquinas
                           de escribir
en Lavapiés
                           en la Latina
por Malasaña
                           con saña

lo he buscado
al afeitarme por las mañanas,
al desnudarme por las noches,
en mis últimas oraciones,

lo he buscado
en el oratorio
del Caballero
                     de Gracia

y en el váter
y en el bate
y en el vate
y en el yate,

lo he buscado
en las esquinas
                       cerradas y
en los bares
                       abiertos,

Dios, te he buscado
hasta en la muerte de mi padre.
Has de ser muy pequeño:
no te he encontrado nunca.


domingo, 13 de junio de 2010

lágrimas (hoy, contra la barbarie)

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lágrimas
Hasta las tres no es hora de
ponerse a llorar. Mientras tanto,
rebusca entre sus libros y encuentra
la poesía de esta noche:

Cuando nací
me pusieron dos lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del dolor de mi gente.

Después no son las tres y acaba
de leer. No importa. Adelanta
dos horas el reloj y llora
irremisiblemente.


Esta tarde, en El Calvario, poesía contra la barbarie israelí. Participan, entre otros: 

ÁNGELES FERNANGÓMEZ,  PURI MARTÍNS,   ISABEL MIGUEL,   CHEMA RUBIO,   JOSÉ NAVEIRAS,   ADA MENÉNDEZ,   ALFONSO LÓPEZ,   BOLO GARCÍA,   FRANCISCO CENAMOR,   RICARDO BORNEZ,   GSÚS BONILLA,   ALFREDO POYO,   PAOLA HERRERA,  VALENTINA TRIO,   CHEMA BARREDO,  JOSÉ ZUÑIGA,   JOSÉ LUIS GUTIERREZ 'Kenny',   LEIRE OLMEDA,   SANTIAGO TENA,   BATANIA y   ÁNGEL PETÍSME,


sábado, 12 de junio de 2010

canto a M. H. (hoy, en Alcobendas)




Esta tarde, en Alcobendas, leeremos poemas en homenaje a Miguel Hernández y, con él, a tantos. Sirva este poema como preludio.

CANTO A M.H.

Yo no quiero besar tu noble calavera,
que yo te quiero vivo y vivo estás
en estos versos que se desparraman,
alegre sementera,
por las calles y plazas de los pueblos,
por el viento del pueblo en tus palabras,
por el hombre que no se llama barro
gracias a la ternura de tu noche más negra.
En los muros de cada cementerio,
en las grises paredes de las cárceles,
Miguel, el de Orihuela, tú estás vivo.
En nosotros. Estás vivo y alegre.
Tristes muertos si no es amor la empresa,
tristes, tristes.
Eso tú lo dijiste. Y eso vive en nosotros.

Por mucho que intentaran enterrar tu palabra,
tu esperanza, tu sangre,
tu sangre sigue viva, y en tu sangre
la de todos los muertos que vivieron contigo.
La de todos los muertos que vivimos contigo
día a día, palabra por palabra.
La de los enterrados al borde de un camino.
La de los paredones.
La que se derramó por las cunetas
bajo almendros de nata.
La de todas las fosas que ahora mismo florecen,
en este mismo instante ya se están floreciendo,
se han llenado de flores al calor de tus versos
y de todas las voces que te cantan.
Miguel, Miguel, tú no te llamas barro.

Yo no quiero llorarte,
cantar quiero contigo al esposo soldado,
al cabrero inocente, al amante sin tregua,
al hombre con mayúsculas.
Yo no quiero besarte la noble calavera,
que yo te quiero vivo, que quisiera
abrazarte, y que te abrazo.
Y es nuestro abrazo un rayo que no cesa.

firmas en la feria

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Sin duda desvarío:
los poetas que firman en la feria
me parecen tratantes de ganado.
.
.

viernes, 11 de junio de 2010

cien (R)


A Paloma.Corrales
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Tengo una almohada verde.

Dos mariposas.

Tres vecinos.

Cuarto quesadas.

Cinco tonterías.

Seis calimochos.

Siete aventuras.

Ocho traidores.

Nueve puñales.

Diez centenos.

Once marimorenas.

Doce pajas.

Trece da mala suerte.

Catorce llagas.

Quince paredes rotas.

Dieciséis ínfulas.

Diecisiete tubérculos.

Dieciocho penitencias.

Diecinueve sentencias pendientes de cumplir en búsqueda y captura.

Veinte jirones de piel a las espaldas.

Veintiún releches.

Veintidós cementerios que me esperan.

Veintitrés aventuras por vivir o vividas que eso nunca se sabe.

Veinticuatro sandungas a la luna de ayer.

Veinticinco novelas que dejé de leer.

Veintiseis cánticos medio religiosos que son algo paganos pero míos.

Veinsiete calzones.

Veintiocho bizcochos, no diga que no es fácil.

Veintinueve te espero sentado en la escalera de mañana será.

Treinta casi no pasa.

Treintaiuna montañas de esas mágicas pendientes de escalar.

Treintaidos madreselvas marchitas en el nicho de mi abuela.

Treintaitres alcachofas en la baca del coche.

Treintaicuatro dibujos en la pared del dormitorio a medias de dormir y pintar.

Treintaicinco calambres que dan asco.

Treintaiseis yo te quiero tanto tanto mi vida.

Treintaisiete mentiras.

Treintaiocho novenas por la virgen santísima.

Treintainueve escalones.

Cuarenta muertos míos a la espalda del que tenga espaldas.

Cuarentaiun pateras costas las de levante playas las de Albacete.

Cuarentaidos extremos que velar.

Cuarentaitres veladas debajo de la alfombra.

Cuarentaicuatro limpiabotas que me roban hasta los calcetines.

Cuarentaicinco bazares de Estambul.

Cuarentaiseis estrellas de oriente o de occidente estoy algo confuso.

Cuarentaisiete cantamañanas que me dan la tabarra mientras duermo o pretendo dormir.

Cuarentaiocho sábanas de olor a barbacoa.

Cuarentainueve espíritus con tuberculosis.

Cincuenta ya lo sé.

Cincuentaiuna sabias balas babas bravas.

Cincuentaidos los tuve.

Cincuentaitres también .

Cincuentaicuatro y ahí te las den todas.

Cincuentaicinco dólares.

Cincuentaiseis alcázares.

Cincuentaisiete rabadillas.

Cincuentaiocho alcantarillas por asombro.

Cincuentainueve válgame dios.

Sesenta años.

Sesentaiuno no me los quita nadie y lo que queda.

Sesentaidos que lo baile que lo baile que lo deje de bailar.

Sesentaitres que ya me lo dirás cuando te lleguen si merece la pena.

Sesentaicuatro que me la refanfinflan.

Sesentaicinco que tendría que ser la edad de los misterios pero me da que no.

Sesentaiseis que es pura sementera a la luz de tu vientre.

Sesentaisiete que me da mucha risa.

Sesentaiocho casos.

Sesentainueve ya.

Setenta me va a dar un ataque de vacile de los que no se paran fácilmente.

Setentaiuno dice word que no existe por más que yo barrunte que tienen que existir y de hecho existen porque si no que se lo digan a mi tía.

Setentaidos las penas nuevamente.

Setentaitres la muerte de mi padre.

Setentaicuatro que te den.

Setentaicinco nunca.

Setentaitaiseis qué risa.

Setentaisiete yo te los regalo.

Setentaiocho tiene un no sé qué con un siete y un ocho.

Setentainueve sombras del ciprés la sombra del ciprés es alargada nada el jarama la caída la peste le deuxiéme sexe

Ochenta Sartre que risa con sus gafas de gafe.

Ochentaiuno como que me parto.

Ochentaidos los que se murieron y resucitaron de entre los muertos kirie leyson amen.

Ochentaitres jajajajaja.

Ochentaicuatro ya me estoy cansando.

Ochentaicinco redes más bien sin alcahuetas.

Ochentaiseis risas que pesan tanto que me hunden si remedio en el fondo del mar.

Ochentaisiete no me da la gana.

Ochentaiocho ochenta y ochos.

Ochentainueve matarile rile rile.

Noventa dónde están la llaves.

Noventaiuna la hendidura.

Noventaidos espuelas de las últimas.

Noventaitres carracas, caracolas que cuando me las pongo cerca de la oreja suenan a mar pero me engañan.

Noventaicuatro búlgaros errantes como si fueran holandeses, almejas en mi mano.

Noventaicinco ultramarinos con pimienta, sal, agua de rosas, lentejas, jabón de madreselvas, calientapollas, esparadrapos, botes de pintura y muchas cosas más.

Noventaiseis calzones colgados del tendal mientras protestan todos los vecinos de este patio que no es patio ni cosa alguna que se le parezca vaya ni por asomo y eso que nos colgamos todas las mañanas en el patio de luces.

Noventaisiete noches de colgaos, de colchas que no alcanzan a cubrir tus vergüenzas ni las mías.

Noventaiocho altares apartados por si generaciones.

Noventainueve espantos.

Cien no, no, que no voy a llegar a todo junto por mucho que me junten las estrellas y quieran estrellarme cuando aparezca enfrentre de la casa la cara de tu muerte.

No, cien no.


Esta insensatez la publiqué a principios de año. Vuelve aquí para celebrar los más de 100 comentarios de Paloma Corrales a su última entrada. "Cuando lleges a los 100 comentarios te dedico un poemilla que tengo por ahí", le dije. Acabo de mirar y ya va por los 110  (incluyendo los suyos, que se lo curra) Lo prometido es deuda.

jueves, 10 de junio de 2010

ella (7)

.
Por un momento
se te abrieron las carnes.
Cerré la puerta.

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Deshaz el nudo:
no dejes que te asalten
a mano amada.

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La melodía
fugaz del clarinete,
tú: mi nocturno.

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Los dry martini
se acostaron contigo.
Tañido mudo.



miércoles, 9 de junio de 2010

de ti

.
.
susurras y no escucho

sólo siento          
                   calor
                             tu boca

agujas de mi cuerpo

ronroneas
                  maúllas
                                no escucho


manos surcan

esta mañana
                      alzada
                                 penetrada

silencios


hacemos el amor

casi
         furia
                  callada

aguardo gatos nada


olor jofaina

alcanfor ropa huele

limpio
           blanco
                       mortaja


rubor de niebla

fluyen aguas verdosas

de tu boca
                   bebida
                                 luz

sólo luz

sólo luz de ti dentro

de mí.

martes, 8 de junio de 2010

memoria

.
Con esta vergüenza que me inunda el alma
que recuerda todas las verdades dicen
de ayer que se pierde como un juego inútil
perder pero muertos son las mismas calles
la sangre dormida los alientos blandos
la cárcel el aire negro de mi patria
dormir pero sueño que yo sigo vivo
vivir destrozado con tanta mentira
jardín encendido agujas de hielo
qué se hizo del fuego cenizas de aquello
que fue dónde estamos la sed me robaron
pero mi garganta seca.

Ay, que se me rompe el alma.

lunes, 7 de junio de 2010

una tarde de tantas y yo escribo

.
Tengo sesenta años bien cumplidos
y estoy lleno de nada pero vivo
y por vivir estoy lleno de todo,
lleno de mierda estoy y también de contentos,
de penas lleno,
de alegrías, de vértebras cosidas,
de invertebrados,
de guerras asesinos piratas malnacidos
cenicientos andrógenos endógenos
profetas,

tengo sesenta años
y qué poco me falta para escribir mi esquela,
para escribir mi infancia,
para escribirme todo lo que falta,
para decirme ella en voz estropajosa,
pare decirme ellos con vosotros,

tengo sesenta años
y ahora quiero dormir entre caricias
que se fueron perdiendo,
y ahora quiero decir que no tuve la culpa
de lo que está pasando,
que no tengo la culpa de lo que está pasando,
que mi fracaso es mío y no tengo la culpa,
ni pajolera idea de por qué está pasando
lo que pasa y me siento culpable,

ya con sesenta años
todo tiene bemoles y a veces me la juego
jugando a ser yo mismo una tarde de tantas.
De domingo, para ser más preciso:
de domingo y escribo.

Tengo sesenta años,
me llamo no sé cómo y estoy lleno de todo,
tan vacío. Pero me siento heroico:
mi vida se ha vivido,
me la vivieron otros a destiempo
y me la muero yo. Vida de un héroe.

domingo, 6 de junio de 2010

(lo que queda). Enrique Gracia Trinidad

http://enriquegracia.blogspot.com/


Iba haciendo el Camino de Santiago
con una concha al cuello.
Sus ojos eran de hayas en otoño,
su sonrisa de libro y lo demás,
como para volver loco al apóstol
cuando llegase a Compostela.
Así que la llevé en mi coche
(adoro el autostop algunas veces)
—Yo —mentí— también voy de peregrino.
—Prefiero andar —me dijo— pero gracias,
llévame a Ponferrada
y ya seguiré a pie lo que me falte.
“Ponferrada —pensé— y Finisterre, si te dejas”
Puso el bastón y su macuto
en la parte de atrás y se sentó a mi lado.
Casi no hablaba, pero qué silencios.
Su perfume a lavanda me hizo olvidar
que yo no iba a Galicia
y otros asuntos eran mi destino.
Junto al castillo de templarios
paramos a reponer fuerzas.
Cuando estaba pagando la empanada y el vino,
oí el motor del coche.

Me dejó su cayado, la venera,
y un palmo de narices con recuerdo a colonia.
Caminé todo el resto del verano
como un imbécil, con la boca seca,
pero he ganado el jubileo
 
(Peregrino a la fuerza)

sábado, 5 de junio de 2010

Eva

.
desnudarse
es algo habitual
estar desnudo
es algo habitual
estar desnudos
—desnudos tú y los otros—
es algo habitual
vivir desnudos
es algo habitual
ir al trabajo en metro
es algo habitual

ser expulsados
con una hoja de parra
del paraíso
eso es algo más raro
por terrenal que sea

viva el pecado,
viva el pescado fresco.


viernes, 4 de junio de 2010

tu sexo en la Habana no sabe de arcángeles

.

no me arañas el sexo
y en La Habana
no sé qué está pasando

podríamos
hablar del sexo de los ángeles
podríamos
hablar de los arcángeles
y sus distintos sexos virginales
sin sombra de fluidos
sin asomo de semen
sin grito
sin saber si sí o no
que ni siquiera
los más sabios teólogos
han llegado a un acuerdo sobre el tema
podríamos
hablar del sexo de los monos
o el sexo de los osos
podríamos
pasar la noche entera
hablando del misterio
ese misterio oblicuo
de la virginidad
podríamos
tener una tencontén interesante
acerca de la virgen
de la trinidad santa tan santísima
y hasta de la mismísima
madre que nos parió
de Sodoma y Gomorra
del pan y de los peces
del agua que era vino
del niño que era el templo
toda la biblia en verso
podría
ser un tema entre sábanas
por las que tú te escurres
como se escurre el sexo escurridizo
de alguna lagartija entre los dedos

Pero no
no me arañas el sexo
y en La Habana
no sé qué está pasando
Gertrudis en su casa
recuerda
pasados y mejores
tiempos

Se esconde
Hipólito, subraya
los orígenes
de la divinidad
embalsamada.

---
Ediciones del Primor anuncia novedades

jueves, 3 de junio de 2010

gato negro

.
(poema en seguidillas)

En busca de su boca
voy caminando
(un murmullo de estrellas
me va arrullando).

Dime tú, gato negro,
dónde se esconde,
que el camino se pierde
y es ya de noche.

Así caigo en un sueño
sin horizontes.
Dónde estarán sus besos,
su boca, dónde.

....

Una mañana fresca
junto al camino,
entre robles y encinas,
hacia mí vino.

"Si caminamos juntos
serán más leves
las penas y fatigas
que te retnen"

Miré sus ojos verdes,
me vi perdido:
abracé sin pensarlo
mi triste sino.

Rafael Arenas

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Dame tu color chiquilla,
que a mí me falta,
ilumina mis grises,
píntame el alma.

Tu amor no es de mi talla,
me queda chico,
déjame volar libre
que me lastimo.

Sal al balcón, mi niña,
cuando anochezca
y enséñame esos ojos,
que yo los vea.

Isabel González

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Se me escapó la risa
tras de sus pasos
por perseguir de noche
al negro gato.

Hablame luna, dime
qué oscura sombra
esconde entre sus brazos
su dulce boca.

Con el corazón roto y
los pies cansados
a la luz de la luna
juré olvidarlo.

porque es dos animales,
gato y araña,
aquel en cuyos brazos
ayer soñaba.

Mayte Sánchez Sempere

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Que por ti yo me vuelvo
gata en la noche
brilla mi pelo negro,
brilla y se esconde.

Busca esta gata negra
por los tejados,
q puede q me encuentres
ronroneando.

Pero si te arañara
tú no me llores,
q las lágrimas mías
son las mayores.

Sara Royo

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no te quejes, viajero,
del equipaje
de la luna en la sombra
del largo viaje

horizonte sin luna
dámelo tú
que mi boca te espera
fresca y azul

quéjate si te quejas
de la alborada
la luna está en mi boca
pero se apaga.

La cónica

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Como no tengo ganas
de hacer el ganso
voy a pasar el tiempo
como pasando.

Paso por tus orillas,
triste barquero,
mientras tú sueñas gatos
de besos negros.

Ay, quién pudiera
dormirse en ese sueño.
Lo que tengo no es mío,
lo tuyo tengo.

Paparruca-

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Cuando voy por la calle
pienso en tus labios,
así puedo olvidarme
del vecindario.

Pero al llegar la noche
ya vuelve el gato
para así recordarme
tu amor ingrato.

Todo lo que te quiero
lo he revelado
y aunque me ves farsante
yo soy muy honrado.

Paloma Corrales



miércoles, 2 de junio de 2010

de alejandrinos y dinosaurios (R)

.
Preguntas si el armario esconde dinosaurios,
no sabes nada. Las olas nos llevaron muy lejos...
Es como la señora que me dijo en el metro
por favor, estoy sola, déjame levantarme
para estar mas tranquila, más gorda, ¿ves?, soy gorda,
se siente, que te sientes, ordeñó la señora;
tuve que decir algo mientras tomaba asiento:
usted casará pronto, señora, o algo así.
Me siento comedido cuando llevo corbata.

…Nos llevaron las olas. Para morir en tierra.
Ha llegado el momento de hablar de las hortensias
que mancillan con rabia las paredes de arriba
y los mares de abajo, las hortensias de siempre.
Ahora voy a decirte que lo que te imaginas
ya lo sé, no lo dudes: tiemblo cuando tú tiemblas,
tu incertidumbre es mía como yo soy de ti.
No dices nada, callas porque has vuelto a la noche
La luna siempre llena, recuerdas de la luna
la pena, que la pena, la pena, hasta la pena
pena me duele donde duelen los estigmas sagrados
de la cerveza rubia, de martirios marítimos,
martinis sin sentido, luna de lunes, digo,
me estoy adormeciendo yo también
con los dulces efluvios del incienso, del miedo.

Pues eso. Y ahora mismo tus ojos acerados
me están atravesando, prestos a la descarga.
Escucho la pregunta que anuncia la batalla:
¿Qué son los dinosaurios? ¿Por qué están escondidos?

Es difícil, lo siento, no puedo imaginarte
más que haciendo tortillas con atún y cebolla
para que se alimenten los niños de la nana
triste de esa cebolla, de la cárcel oscura,
como el rayo te has muerto. La esfera es tan redonda
como tu cuerpo blanco, yo estoy siempre al acecho
por si florecen algas en tu vientre, mis ojos
no distinguen la esfera del cuadrado. ¿Quién sabe?
Una copa de whisky también es un milagro,
del tiempo, es un milagro de la primavera.

(Sobre cómo Alejandro cayó en Mesopotamia:
si quieres que desgarre tus labios con mis dientes,
imprégnatelos antes de salvaje veneno.
Tú ya sabes, mi vida, lo que te estás jugando
y yo tampoco estoy en otro mundo). Aquí.
Ya voy a refugiarme, como tú, en el silencio,
las lindas margaritas de tus sueños serán
rebozo de una ausencia. Porque tienen que irse,
vosotros, yo me quedo pegadito a la barra
tomando un cafelito tan negro que da pena
tomárselo tan solo, es que lo tomo solo,

(He tocado una tecla y en la pantalla sale
que tengo un virus. Llamo urgentemente a urgencias.
La pantalla me lanza mensajes alarmantes
del tipo error fatal, el colapso, al carajo.
Llamo a la policía. Esto parece más
un tema de orden público que cuestión de salud.
Tal vez de salud pública. Estoy ya por los suelos,
me han robado la noche entre el portátil,
el médico y la pasma. Y se van a enterar,
amor, yo te lo juro, esto no queda asín.)

[Otra vez: ¿es que el armario esconde dinosaurios?]

Entiendo que el armario pueda tener hormigas,
puede incluso que albergue cientos de calzoncillos,
pero ¿por qué rebuscas el amor en sus baldas?
¿Es que no hay mejor sitio, mis ingles, por ejemplo?

(Con el hipo no puedo escribir más poesía,
ella duerme, la luna se refleja en su pecho
y yo no sé qué hacer, si meterme en la cama
o seguir escribiendo hasta que se despierte.
Buscaré dinosaurios, es lo que voy a hacer,
tampoco es para tanto pasar la noche en vela).

martes, 1 de junio de 2010

más o menos pienso

.
Mi confesor se enfadaba porque tenía pecadillos en vez de pecados como dios manda.


Tengo tanta prisa que siempre me marcho antes de llegar.


Voy de tropezón en tropezón, creo que el hígado se me ha vuelto higadillo.


Los patíbulos cayeron por su peso.


La madre de mis hijos se largó. Mis hijos se quedaron. Yo, tampoco.