Estaba departiendo feliz de que escuchara
su implacable discurso contra la rebeldía.
Le atravesé los ojos. Él siguió con su plática
cansina, vanidosa. Era un hombre gaseoso.
"Lo que queda"
http://jlzuni.blogspot.com/
El ruido de las llaves, de Philippe Claudel
Hace 1 día
3 comentarios:
he estado mirando y admirando tu trabajo.
es interesante y verdaderamente creativo.
te dejo mis saludos.
Mejor hacías como yo, que vivo como Fray Luis.
Beatus ille, Seda.
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