domingo, 28 de junio de 2009

de cómo Alejandro cayó en Mesopotamia

Preguntas si el armario esconde dinosaurios,
no sabes nada. Las olas nos llevaron muy lejos...
Es como la señora que me dijo en el metro
por favor, estoy sola, déjame levantarme
para estar mas tranquila, más gorda, ¿ves?, soy gorda,
se siente, que te sientes, ordeñó la señora;
tuve que decir algo mientras tomaba asiento:
usted casará pronto, señora, o algo así.
Me siento comedido cuando llevo corbata.

…Nos llevaron las olas. Para morir en tierra.
Saltaban los vencejos, arrullaban las grullas,
casaban los enfermos con las chicas lesbianas,
ya sabes el manido dicho de los enfermos:
qué bien me encuentro, exclaman a punto de morirse.
Ha llegado el momento de hablar de las hortensias
que mancillan con rabia las paredes de arriba
y los muros de abajo, las hortensias de siempre.
No olvides, amor mío, que todos volveremos
juntos en primavera a celebrar la muerte
de los que no se han muerto, a celebrar la vida
nuestra, tan miserable como todas las muertes.
Ahora voy a decirte que lo que te imaginas
ya lo sé, no lo dudes: tiemblo cuando tú tiemblas,
tu incertidumbre es mía como yo soy de ti.

No dices nada, callas porque has vuelto a la noche
aquella que perdiste por no darme palabras
como beso o esquina (silencio cojitranco
de los que se disuelven con un sabor amargo
me dejaste en los labios, y no volví a ser niño).
La luna siempre llena, recuerdas de la luna
la pena, que la pena, la pena, hasta la pena
pena me duele donde duelen los estigmas sagrados
de la cerveza rubia, de martirios marítimos,
martinis sin sentido, luna de lunes, digo,
me estoy adormeciendo yo también
con los dulces efluvios del incienso, del miedo,
droga tan maliciosa debiera estar prohibida
como la nicotina, cómo prohibirlo, todo.
¿Sabes lo que has perdido en esta madrugada
por no perder el tiempo que atesoras durmiendo?
¿Esperas de la noche los milagros que esperan
los méndigos que duermen a la luz de la luna?
¿Te imaginas la densa soledad de las olas
hoy, ahora mismo, lejos, tan lejos que hace daño?
¿Sabes que el universo no tiene más estrellas
que las que tu imaginas, poderosa amazona?
Puedo escribir los versos más tristes esta noche
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.

Pues eso. Y ahora mismo tus ojos acerados
me están atravesando, prestos a la descarga.
Escucho la pregunta que anuncia la batalla:
¿Qué son los dinosaurios? ¿Por qué están escondidos?
Pues está claro, todo se resolvió en quebrantos:
caracolas rampantes sueltan babas, escupen,
inundan todo el claustro de materia viscosa,
paren entre columnas la índiga, miserable
existencia de bichos que viven en su casa
porque no tienen otra y aunque tuvieran, ésta
no está tan mal, no, digo, verdad, no está tan mal,
después de todo pueden esconder sus vergüenzas,
sus cuernos, sus vergüenzas, tanto da, te decía.

Es difícil, lo siento, no puedo imaginarte
más que haciendo tortillas con atún y cebolla
para que se alimenten los niños de la nana
triste de esa cebolla, de la cárcel oscura,
como el rayo te has muerto. La esfera es tan redonda
como tu cuerpo blanco, yo estoy siempre al acecho
por si florecen algas en tu vientre, mis ojos
no distinguen la esfera del cuadrado. ¿Quién sabe?
Una copa de whisky también es un milagro,
del tiempo, es un milagro de la primavera.

(Sobre cómo Alejandro cayó en Mesopotamia:
si quieres que desgarre tus labios con mis dientes,
imprégnatelos antes de salvaje veneno.
Tú ya sabes, mi vida, lo que te estás jugando
y yo tampoco estoy en otro mundo). Aquí.

Ya voy a refugiarme, como tú, en el silencio,
las lindas margaritas de tus sueños serán
rebozo de una ausencia. Porque tienen que irse,
vosotros, yo me quedo pegadito a la barra
tomando un cafelito tan negro que da pena
tomárselo tan solo, es que lo tomo solo,
Ulises retornado a donde nunca llega,
loba romana, loba despechada sin techo.

(He tocado una tecla y en la pantalla sale
que tengo un virus. Llamo urgentemente a urgencias.
La pantalla me lanza mensajes alarmantes
del tipo error fatal, el colapso, al carajo.
Llamo a la policía. Esto parece más
un tema de orden público que cuestión de salud.
Tal vez de salud pública. Estoy ya por los suelos,
me han robado la noche entre el portátil,
el médico y la pasma. Y se van a enterar,
amor, yo te lo juro, esto no queda asín.)

[Otra vez: ¿es que el armario esconde dinosaurios?]
Entiendo que el armario pueda tener hormigas,
puede incluso que albergue cientos de calzoncillos,
pero ¿por qué rebuscas el amor en sus baldas?
¿Es que no hay mejor sitio (mis ingles, por ejemplo)?

Alegrémonos todos en el limbo final,
para que no se quede la rosa sin espinas,
ni los muros sin sangre, ni los labios sin besos,
ni las sombras perdidas entre las dos esquinas
de tu muro y mi muro, bajo los parapetos,
para que el cielo sea por donde tú caminas,
mis pasos decididos, tras de ti, ya sin retos.

(Con el hipo no puedo escribir más poesía,
ella duerme, la luna se refleja en su pecho
y yo no sé qué hacer, si meterme en la cama
o seguir escribiendo hasta que se despierte.
Buscaré dinosaurios, es lo que voy a hacer,
tampoco es para tanto pasar la noche en vela).

7 comentarios:

Inés dijo...

después de pasar semajante noche no te extrañe que los dinosaurios se terminaran escondiendo en el armario.

a ella le aconsejo comprarse un pintalabios color cereza (mi preferido) con sabor a salvaje veneno.

José, échale la culpa a la luna, a las babas de los caracoles, a Ulises, a Alejandro, al virus.. que a ti se te perdona todo.

muchos besos,

Unknown dijo...

¡QUé maravilla, José! Lo acabo de disfrutar al terminar la siesta, después de un par de vasos de tinto Mendoza. Tiene un tremendo ritmo musical. Deberías cantarlo.
Te llamo mañana,
Pedro

Jose Zúñiga dijo...

Y a Neruda, Hernández o Machado, que todos pululan por estos versos. En mala hora me compré un dinosaurio que siempre sigue ahí cuando me despierto.
Leer esto requiere paciencia, Inés, gracias.

Jose Zúñiga dijo...

Pedro, si me pongo a cantar esto me tiran más tomates de los que podría asimilar, jeje.
Segumos con la bisagras, un abrazo.

Mirache dijo...

Muy bueno tu blog y tus escritos...

saludos desde México
Mirache

Anónimo dijo...

dinosaurios de vida y amor y libertad nos rodean: vivamos

(me sigue dando mucha alegría ver a inés por aquí)

Le Fay ʚïɞ dijo...

Dinosaurios!! espero q sea un espinosaurio o un trisératop q es de los q le gustan a mi BB :) y como dice Ines un pintalabios cereza estaría perfecto!!
un beso!!