domingo, 3 de mayo de 2009

se acerca el ocaso

El cielo azul anuncia primaveras
pero llueve de otoño
y tengo infiernos en mi corazón.
Lo del cambio climático va a ser cosa
de tomárselo en serio:
se me perdió el verano en pleno agosto,
en mi casa de campo
me envuelvo en mantas y acumulo leña
junto a la chimenea.
Tan próximas, tan cerca, las luces del ocaso
van cargadas de pájaros que vuelan
hacia el refugio de una rama cálida,
hacia la noche, alguno.
Y siento que anochecen todas las estaciones.

4 comentarios:

Rafael Arenas García dijo...

"Y siento que anochecen todas las estaciones"
Por pura casualidad lo he leído mientras escuchaba la Suite nº 3 en Re Mayor de Bach. Y de la combinación ha resultado una melancolía profunda; de las que te hacen sentir más allá de lo que pensabas que existía. Gracias.

Jose Zúñiga dijo...

Amigo Rafael, sí, llevo unos días con la melancolía sobrevolando mi cabeza (que no la nostalgia), a veces reconforta poder expresarlo tal cual, en fin, espero que un día de estos me dé primaveral, que es lo suyo.

Por lo demás, tarde de domingo placentera, con Bach en el aire.

Begoña Leonardo dijo...

Bueno, el crepúsculo tiene su encanto es mi hora del día favorita, los infiernos del corazón se me calman y los cálidos tonos crepusculares me acarician...

UN BESO CON SU SOL ESPLÉNDIDO, ES LO QUE TOCA.

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Begoña, esta tarde procuraré sentir esas caricias crepusculares.